Asociación Cordobesa de Personas con Enfermedad Mental, Familiares y Allegados. - Nuestro objetivo es lNFORMAR, FORMAR y AYUDAR A LA SOCIEDAD CORDOBESA. - Nuestra misión: PREVENIR y ACTUAR PARA EVITAR LA MUERTE NO NATURAL QUE ES "EL SUICIDIO". - Nuestros Valores: ESTAR PRESENTES EN LA SOCIEDAD CORDOBESA, EMPEZANDO EN EL MUNDO EDUCATIVO, SOCIAL y SANITARIO.
sábado, 26 de octubre de 2019
viernes, 25 de octubre de 2019
Gracias enfermedad
¿Por qué agradecer la enfermedad? La enfermedad es tu mente
hablando contigo, enviándote un mensaje de la única manera que puede.
Cuando alguna enfermedad se adueña de nosotros creemos que es
algo que debemos erradicar cuanto antes, no nos paramos a pensar por qué ha
aparecido o que tal vez debamos cambiar nuestro modo de pensar o de actuar.
Intentamos curarnos y ya está, pero la enfermedad es un mensaje que si no
escuchamos, sí, sanaremos los síntomas físicos aunque no habremos descubierto
ese aviso que la mente tenía para nosotros.
La enfermedad física o mental está diciéndote algo, siempre,
y de ti depende que busques su información o la niegues. Si la niegas y solo
quieres resolver el malestar que te provoca, probablemente curarás los síntomas
pero tu mente buscará otro mal para que captes que no estás haciendo bien las
cosas.
¿Cómo descubrir lo que no haces bien? No es tan difícil y a
la vez sí lo es. Solo debes pensar en la utilidad de cada órgano, de cada
sentimiento, de cada reacción ante las circunstancias que se te presentan,
detectar el por qué tienes esa enfermedad en concreto.
¿Cuál es tu mal?
Si tu problema de salud tiene que ver con el estómago piensa
qué situaciones, qué problemas no puedes digerir.
La enfermedad nació para hacerte crecer, para enseñarte algo
que debes aprender de ti mismo.
Si tienes depresión significa que estás pensando y viviendo
en el pasado. No puedes aceptar tu situación presente porque algo hay en el
pasado que no has superado y buscas quedarte estancado para no enfrentarte a
tus miedos, a esa herida que se abrió y tu mente cree que no puedes superar.
Tu cerebro es tan perfecto que es capaz de crear tus síntomas
y seguir con el funcionamiento de los demás órganos. Tu mente, formada por tus
creencias tiene su propio razonamiento en base a tus experiencias y a lo que
has escuchado a lo largo de los años.
Ese cerebro es tan perfecto que cambiará su modo de regular
tu cuerpo para que te des cuenta de lo que está mal en ti. Y esas creencias te
impedirán verlo, tu miedo te impedirá verlo porque es doloroso y la mente
querrá protegerte para que no sufras y lo que acaba sucediendo es que sufrirás
más.
No luches contra lo que eres, contra lo que sientes, esa es
la base de la salud.
La enfermedad no es lo normal, lo normal es la salud.
Tenemos que profundizar en nosotros mismos, reconocer
nuestras debilidades, nuestros traumas del pasado. Debemos ser valientes para
querer ver lo que tenemos que aprender, para enfrentar el miedo y curar las
heridas que causan el mal psicológico o físico.
Luchar contra ti mismo, negar tus sentimientos solo te
llevará a sufrir mientras que conocerte y estudiarte hará que tengas una vida
más plena, que las enfermedades apenas te ataquen y que seas más feliz.
Por eso, cuando tengas algún problema de salud, dale las
gracias y analiza qué te está queriendo decir tu cuerpo.
Reconocer esto no es fácil pero negarlo te llevará a padecer
multitud de enfermedades cuya curación química solo conseguirá cambiar el
nombre y el diagnóstico.
Todo está en ti, descubre quién eres, busca dentro de ti esas
situaciones difíciles por las que has pasado, que olvidaste y enterraste para
evitar sufrir, revívelas y sánalas. Solo así podrás superarlas y dejarlas ir.
El pasado está dentro de nosotros solo para que crezcamos no para seguir
repitiendo una y otra vez los mismos traumas. Porque lo que niegas vuelve, lo
que superas, hace que te desarrolles.
Gracias.
Rocío Testa Álvarez.
jueves, 24 de octubre de 2019
miércoles, 23 de octubre de 2019
martes, 22 de octubre de 2019
lunes, 21 de octubre de 2019
Tema: Respira
Buenos días, quiero tratar el tema del estrés.
Vivimos en una sociedad acelerada. Desde que somos niños se nos impulsa a correr, aprender lo más rápido posible, saber más y más deprisa, dormir poco y no cuidarnos nada.
Ese ritmo es antinatural y cuando tu cuerpo se empieza a quejar piensas que es porque te has hecho viejo. Es ese momento en el que comienzas a tomar un montón de pastillas y éstas, a su vez, harán que tengas más achaques. Resulta que lo que te soluciona un dolor te provoca algún tipo de efecto secundario no deseado. Tu organismo de descompensa y el equilibrio que era natural queda roto.
Para tu ansiedad tomas un ansiolítico, uno de los medicamentos más "de moda", uno de los más vendidos y del que casi todo el mundo tiene conocimiento y te dirán: sí, yo lo conozco, no pasa nada por tomarlo... Pero el ansiolítico solo no te suele llegar y por ello el médico te recetará la tríada de medicamentos que buscan que seas feliz o estés dormido, según lo mires.
Estoy hablando de la mezcla de ansiolítico, antidepresivo y somnífero. Los tres forman el cóctel que te garantiza que volverás a poder disfrutar un poco de la vida... Te sientes viejo con 40-50 años, sin metas, sin objetivos, sin... "vida".
Anestesiarás la ansiedad por situaciones que te mantendrán dormido, tendrás más ganas de disfrutar gracias a la química del antidepresivo y dormirás como un niño gracias al somnífero que anestesia tu mente para que no le de vueltas a las mismas conductas, palabras, situaciones, sentimientos....
Y pensarás, menos mal que existen medicamentos, no sé cómo alguien puede vivir sin ellos. Eres muy dependiente de tu tratamiento y cualquier idea de cambiarlo te pone en alerta y provoca un enorme rechazo.
Ahora, al menos, sonríes de ver en cuando. Ahora puedes estar sentado sin que la angustia te domine. Ahora puedes dormir.... Ahora sobrevives, mal-vives, has dado por perdida la oportunidad de luchar por lo que eres y te mereces. Has dado por perdida la batalla y te dejas engullir por el 97 por cien de las personas que forman esta sociedad.
El cuerpo, en su sabiduría, a pesar de todo ese maltrato y malestar que le estás generando sigue empeñado en demostrarte que no vas por el buen camino. Te sube la presión arterial y la grasa se acumula en tus venas formando pequeños atascos que de momento no son importantes. Ambos síntomas podrán provocarte muchos problemas en el futuro, tu corazón dejará de luchar y se rendirá al fin.
Se rendirá para darte la razón. Creías que no había felicidad, que no había mejor vida, que solo había que mal-vivir y dejar pasar el tiempo.... Lo hará para dejar de latir.
Da igual que se trate de ansiedad, depresión, insomnio, estrés, algún achaque físico...
A estas enfermedades yo le llamo enfermedades artificiales, porque están provocadas por nuestra propia terquedad en querer seguir un rebaño de ovejas blancas que piensan todas igual y se dirigen al matadero por orden de un ser superior que las lleva sin gran trabajo porque ya les está enseñando desde bebés cómo deben pensar, actuar y sentir. Enseñándoles sin que se den cuenta con programas basura, con anuncios, con creencias rancias que, aún estando obsoletas, nadie se atreve a cuestionar.
Reconócelo, la enfermedad, este tipo de enfermedades aún mucho más, no son lo normal. Lo normal es la salud.
De ahí el título del tema, respira. Detén esta carrera de fondo sin sentido, deja de pensar como todo el mundo, deja de aceptar lo que todo el mundo acepta sin cuestionar.
Párate a pensar quién eres, a dónde quieres llegar, qué vida quieres vivir... Hazte las preguntas para las que el sistema tiene ya las respuestas sin dejar que seas tú quien decida.
Respira. Si respiras te oxigenas, te sentirás más en paz, darás una señal al cerebro para que pueda relajarse un momento.
La técnica de la respiración es tan antigua como eficaz. Todos deberíamos aprender a utilizarla todos los días, cuando no tenemos ningún motivo en especial, solo afrontar nuestra situación tal vez. Y más en momentos de estrés, miedo, duda, ansiedad o tristeza. Respirar hondo te hará sentir mejor y te sacará de ese constante "rumiar" de ideas y sentimientos negativos.
Y si, al tiempo que respiras consigues alejarte un poco de tu situación de estrés, viéndola como que no es a ti a quien está afectando, todo lo verás de un modo muy distinto y tendrás muchas más armas para solucionar ese problema.
Compruébalo y espero que te sea útil esta información.
Rocío Testa Álvarez.
Vivimos en una sociedad acelerada. Desde que somos niños se nos impulsa a correr, aprender lo más rápido posible, saber más y más deprisa, dormir poco y no cuidarnos nada.
Ese ritmo es antinatural y cuando tu cuerpo se empieza a quejar piensas que es porque te has hecho viejo. Es ese momento en el que comienzas a tomar un montón de pastillas y éstas, a su vez, harán que tengas más achaques. Resulta que lo que te soluciona un dolor te provoca algún tipo de efecto secundario no deseado. Tu organismo de descompensa y el equilibrio que era natural queda roto.
Para tu ansiedad tomas un ansiolítico, uno de los medicamentos más "de moda", uno de los más vendidos y del que casi todo el mundo tiene conocimiento y te dirán: sí, yo lo conozco, no pasa nada por tomarlo... Pero el ansiolítico solo no te suele llegar y por ello el médico te recetará la tríada de medicamentos que buscan que seas feliz o estés dormido, según lo mires.
Estoy hablando de la mezcla de ansiolítico, antidepresivo y somnífero. Los tres forman el cóctel que te garantiza que volverás a poder disfrutar un poco de la vida... Te sientes viejo con 40-50 años, sin metas, sin objetivos, sin... "vida".
Anestesiarás la ansiedad por situaciones que te mantendrán dormido, tendrás más ganas de disfrutar gracias a la química del antidepresivo y dormirás como un niño gracias al somnífero que anestesia tu mente para que no le de vueltas a las mismas conductas, palabras, situaciones, sentimientos....
Y pensarás, menos mal que existen medicamentos, no sé cómo alguien puede vivir sin ellos. Eres muy dependiente de tu tratamiento y cualquier idea de cambiarlo te pone en alerta y provoca un enorme rechazo.
Ahora, al menos, sonríes de ver en cuando. Ahora puedes estar sentado sin que la angustia te domine. Ahora puedes dormir.... Ahora sobrevives, mal-vives, has dado por perdida la oportunidad de luchar por lo que eres y te mereces. Has dado por perdida la batalla y te dejas engullir por el 97 por cien de las personas que forman esta sociedad.
El cuerpo, en su sabiduría, a pesar de todo ese maltrato y malestar que le estás generando sigue empeñado en demostrarte que no vas por el buen camino. Te sube la presión arterial y la grasa se acumula en tus venas formando pequeños atascos que de momento no son importantes. Ambos síntomas podrán provocarte muchos problemas en el futuro, tu corazón dejará de luchar y se rendirá al fin.
Se rendirá para darte la razón. Creías que no había felicidad, que no había mejor vida, que solo había que mal-vivir y dejar pasar el tiempo.... Lo hará para dejar de latir.
Da igual que se trate de ansiedad, depresión, insomnio, estrés, algún achaque físico...
A estas enfermedades yo le llamo enfermedades artificiales, porque están provocadas por nuestra propia terquedad en querer seguir un rebaño de ovejas blancas que piensan todas igual y se dirigen al matadero por orden de un ser superior que las lleva sin gran trabajo porque ya les está enseñando desde bebés cómo deben pensar, actuar y sentir. Enseñándoles sin que se den cuenta con programas basura, con anuncios, con creencias rancias que, aún estando obsoletas, nadie se atreve a cuestionar.
Reconócelo, la enfermedad, este tipo de enfermedades aún mucho más, no son lo normal. Lo normal es la salud.
De ahí el título del tema, respira. Detén esta carrera de fondo sin sentido, deja de pensar como todo el mundo, deja de aceptar lo que todo el mundo acepta sin cuestionar.
Párate a pensar quién eres, a dónde quieres llegar, qué vida quieres vivir... Hazte las preguntas para las que el sistema tiene ya las respuestas sin dejar que seas tú quien decida.
Respira. Si respiras te oxigenas, te sentirás más en paz, darás una señal al cerebro para que pueda relajarse un momento.
La técnica de la respiración es tan antigua como eficaz. Todos deberíamos aprender a utilizarla todos los días, cuando no tenemos ningún motivo en especial, solo afrontar nuestra situación tal vez. Y más en momentos de estrés, miedo, duda, ansiedad o tristeza. Respirar hondo te hará sentir mejor y te sacará de ese constante "rumiar" de ideas y sentimientos negativos.
Y si, al tiempo que respiras consigues alejarte un poco de tu situación de estrés, viéndola como que no es a ti a quien está afectando, todo lo verás de un modo muy distinto y tendrás muchas más armas para solucionar ese problema.
Compruébalo y espero que te sea útil esta información.
Rocío Testa Álvarez.
sábado, 19 de octubre de 2019
¿Por qué lo haces? Tu lado oculto
¿Cuántas veces te has hecho esta pregunta? ¿Por qué a veces
haces cosas de las que luego te arrepientes?
La verdad es que es curioso que muchas personas todavía no
sepan que dentro de cada uno de nosotros se esconde ese lado oculto, ese lado
del que apenas sabemos nada, ese yo desconocido que nos impulsa a hacer sin
saber por qué.
Nuestro cerebro es una máquina perfecta, es el gran encargado
de conseguir que todos los órganos de nuestro cuerpo funcionen en comunión para
que todo permanezca en equilibrio. Cada uno con su labor, todos con el único
objetivo de que estemos bien.
Nuestro cerebro además se encarga de analizar lo que vemos,
buscar conocimientos cuando los necesitamos y es capaz de actuar con diligencia
ante las situaciones que se nos presentan... ¿Cómo lo hace?
El cerebro además, analiza y busca dentro de nuestros
recuerdos del pasado comparando el momento presente con situaciones similares
que nos sucedieron. Todo para utilizar menos energía y para poder responder de
la manera más rápida.
De todo este trabajo nosotros no somos conscientes, el cerebro
lo hace, nosotros actuamos, ya está. Por eso es tan importante familiarizarse
con ese lado de nosotros que desconocemos. Ese lugar llamado Inconsciente y que supone nada más y
nada menos que nuestro 95 por cien del total de la mente.
Te estarás preguntando qué es exactamente ese Inconsciente, ¿de qué está formado?, ¿cómo
puede decidir lo que hago?
En el inconsciente se encuentran los dos programas en base a
los cuales actúas cada día, lo creas o no. No se trata de si crees o no, es
algo comprobado desde hace muchos años y es el objetivo de la psicología.
Conocerlo, descubrirlo en cada persona para poder cambiar aquello que se
instaló en él de manera errónea.
El primer programa es innato, es tu esencia, ahí radica el
fruto que debes ofrecer al mundo. Igual que un manzano está destinado a ofrecer
manzanas, tú tienes dentro un programa que está destinado a aportar algo a esta
sociedad, es algo que solo tú puedes dar porque no hay nadie como tú y no hay ninguna
semilla que sea como la tuya. Por eso es tan importante conocerla.
Esa semilla es esa capacidad que solo tú tienes, ese don con
el que has nacido y que debe desarrollarse para que aportes al mundo algo nuevo
y productivo. Todos debemos aportar algo porque en la naturaleza nada surge por
casualidad y no habrías nacido si no lo tuvieses. Así de simple. No es orgullo,
no es vanidad, es lo que debe ser.
Es esa actividad que estarías haciendo sin descanso, esa que
hace que te pase el tiempo sin que te des cuenta, eso que te asombra cuando lo
has terminado y que te hace sentirte pleno y satisfecho.
Pero ese programa muchas veces se ve truncado a causa de que
otro programa se instala con muchas instrucciones incorrectas fruto del lugar y
las circunstancias en donde has nacido. Es la educación que has recibido de
niño, el cómo te han tratado, la familia en la que has nacido, las
circunstancias económicas, tus experiencias. Todo ello creó en tu interior un
programa formado por creencias y valores que no cuestionas, que das por hecho.
Esas circunstancias casi siempre suponen un obstáculo para
que germine la semilla que llevas dentro. Tu mente te va a llevar a querer
controlar tu presente y que te arriesgues lo mínimo posible. Es el instinto de
supervivencia. Lo que sucede es que esa zona de confort en la que te atrapa la
mente no es tu esencia, no es lo que has venido a hacer a este mundo.
Así tenemos la guerra entre lo que debes ser y lo que eres.
La comodidad de tener lo que todos tienen, una casa, un trabajo estable y una
familia. O la incomodidad que te llevará a la felicidad y que supone
necesariamente que te descubras, que reconozcas los daños que has podido sufrir
de niño, heridas mal curadas que te están impidiendo dirigirte a tu desarrollo
personal. Es conocer tus virtudes, esas capacidades que debes explotar y que
exigen que te esfuerces, que aprendas a ser el mejor en ellas y que seas
valiente para intentar exhibir y exponerte al mundo, a la sociedad. Supone
levantarte aunque te pisen, aunque no te escuchen al principio, aunque
fracases.
Lo cierto es que el fracaso no existe, solo existe el "hacer"
o el "no hacer". El fracaso supone aprendizaje y conocimiento, supone
experiencia para no cometer los mismos errores. Son pasos hacia delante que te
llevarán a tu destino.
Pero, como siempre digo, podemos elegir el programa que
ganará en nuestras vidas. El programa con el que has nacido, tu esencia. O el
programa que los demás han instalado en ti, la educación que has recibido, las
experiencias o las personas con las que te has encontrado en tu vida.
Elige: la felicidad de ser quien debes ser o la infelicidad
con momentos furtivos y escasos de felicidad momentánea. Es tu decisión, cada
uno es responsable de su vida, de lo que tiene y de lo que carece.
Gracias a todos.
Rocío Testa Álvarez
lunes, 14 de octubre de 2019
EL SÍNDROME POSTVACACIONAL: ¿NECESITAS LAS VACACIONES? NAL: ¿NECESITAS LAS VACACIONES?
El síndrome
postvacacional no es una patología como tal, sino un «trastorno adaptativo». La
persona que lo sufre tiene una sintomatología similar al estrés cuando, al final de un periodo de descanso más extenso de lo
habitual, no se ve capaz de responder al alto número de demandas que
supone la vuelta a la rutina o el regreso a su vida laboral.
El síndrome postvacacional produce una sensación de tristeza, apatía,
falta de energía o motivación
Las personas más
propensas a sufrir el síndrome postvacacional son aquellas que
trabajan en un entorno desagradable, que no les gusta su trabajo, que se
consideran poco valorados por sus superiores o tienen un mal jefe.
Sus síntomas pueden
variar de tipología e intensidad según sea la persona, su entorno y sus
responsabilidades u obligaciones, pero por lo general el síndrome
postvacacional se caracteriza por un cuadro de características comunes al estrés y/o la
ansiedad,
El síndrome
postvacacional no suele durar más de 2 ó 3 de semanas.
Texto sacado de la Página Muy Saludable, por Tania Losada.
Sabiendo todo esto yo te pregunto, ¿realmente necesitas las
vacaciones? De acuerdo, necesitamos descansar del trabajo... ¿Por qué necesitas
descansar del trabajo que realizas? Porque lo consideras una obligación, una
imposición, algo que debes hacer si quieres que te paguen.
Lo que yo te sugiero es que tal vez no estés donde deberías
estar. Imagínate haciendo esa actividad que tanto te gusta pero que no haces
por falta de tiempo. Imagina que estás disfrutando porque es algo que te ha
gustado siempre, que pierdes incluso la noción del tiempo. Tanto te apasiona
que estarías todo el día con ello, todo el tiempo libre que tuvieses... ¿Te lo
imaginas?
No digas que no lo tienes porque todos llevamos dentro de
nosotros algo que nos encanta hacer. No importa si te parece absurdo, solo
imagina que vas a poder realizarlo.
Más aún, imagina que te van a pagar por crear eso que tanto
te gusta... Sí, te van a pagar, incluso te ganarás la vida con eso porque como
te gusta tanto eres bueno, eres el mejor y lo mejor siempre vende y obtiene beneficios.
Ahora te vuelvo a preguntar, ¿necesitas descansar de hacer
eso que tanto te apasiona? ¿Es una carga? ¿Necesitas desconectar?
Parece que la duda asoma. Las vacaciones pueden ayudarte a
disfrutar de un tiempo con tu familia, de un viaje... Pero no para huir. Si las
utilizas para escapar de tu día a día. De un trabajo que no soportas. De una
familia que no puede darte lo que necesitas... Si haces eso estarás muy
contento el primer día de vacaciones y te sentirás muy desgraciado el último o
los últimos.
Entrarás por la puerta de tu casa, tal vez algo se haya
estropeado, estas cosas suelen pasar... El techo parecerá estar más bajo de lo
normal y las paredes te aprisionan dentro de ese espacio que llamas hogar.
El malhumor, el saltar con un grito o con una respuesta
exagerada cuando alguien te dice algo....
La pena y el encontronazo con lo que es lo que consideras tu
realidad. No tienes ganas de hacer nada, no tienes motivación ni para ver una
película.... Aunque la vida te exigirá que lo hagas.
Ahora toca decidir: ¿qué quieres para ti? ¿qué quieres que
sea tu vida? ¿Pasar año tras año esperando ese mes de vacaciones que cada vez
disfrutarás menos, mientras que el síndrome postvacacional será más importante?
¿O tal vez intentar luchar por conseguir ganarte la vida haciendo eso que tanto
amas?
El destino lo eliges tú, decide.
Rocío Testa Álvarez.
domingo, 6 de octubre de 2019
Silvina Ramirez Mirasso Psicologa Argentina
sábado, 5 de octubre de 2019
mariela Presedo Acompañante Terapeutico Argentina
LA SALUD Y LA COHERENCIA
Hola amigo, hola amiga, ¿cómo te encuentras?
Quiero hablarte hoy de un tema muy importante. Cuando
hablamos de problemas en el ser humano buscamos muchos motivos aunque muchas
veces se nos olvida uno decisivo, se trata de la coherencia, la coherencia
mente, cuerpo y alma ¿Qué es esto? Ahora te lo explico.
Todo en la naturaleza tiene un equilibrio. Tanto lo inerte,
como el agua o la tierra, que tienen la función de alimentar a las plantas y
demás seres vivos. Las plantas deben dar alimento a los animales y los animales
herbívoros alimentar a los carnívoros. Sea el lugar en el que se encuentren
ellos darán su fruto en función de su esencia, de lo que son, de su objetivo y
lugar en el mundo. Un rosal nacerá y vivirá para ofrecer rosas y, si no puede
hacerlo, sencillamente morirá.
En esta perfección aparece el ser humano. El único con
capacidad para pensar en lo que quiere hacer, el único que puede decidir ser lo
que desee, el único que puede decidir.
También cada uno de nosotros tiene un objetivo, unas
capacidades y un motivo para estar en este mundo. Solo que nosotros podemos
negarnos a realizar ese fin para el que hemos nacido. Entonces aparece la
incoherencia, la renuncia a cumplir con lo que nos tocó al nacer. Y al
renunciar a ello nos estamos condenando a nosotros mismos, estamos caminando
hacia la enfermedad mental y física.
La coherencia mente, alma y cuerpo es hacer germinar la
semilla que llevamos dentro, la que nos impulsa a ser abogados, psicólogos,
electricistas, médicos, amas de casa, profesores.... Cada uno de nosotros tiene
un enorme poder para realizar trabajos determinados. Si seguimos el camino que
estaba preparado para nosotros seremos felices, así de sencillo.
Te preguntarás por qué eso no se cumple, por qué estamos cada
vez más ansiosos, más deprimidos y cada vez surgen más enfermedades mentales y
físicas. Ya sabes la respuesta, porque estás yendo en tu contra, en contra de
lo que eres en esencia, no estás dejando que te desarrolles y cumplas con el
plan que debías.
Y si ahora me preguntas cómo es eso posible te responderé que
el ser humano es el único animal que es capaz de no ser coherente consigo
mismo, de dejarse manipular por su entorno, por sus personas de referencia, por
las circunstancias, por una sociedad en donde el mal consigue manipular al bien
para hacerse más daño a sí mismo en una espiral cada vez mayor porque el mal
jamás dará la felicidad. Podrá dar bienes materiales, poder sobre otros seres
humanos pero inevitablemente te llevará a la destrucción.
Las personas no nos conocemos, no acabamos de encontrar esa
semilla que permanece dormida e inerte sin poder germinar. Como no sabemos lo
que debemos hacer, otros deciden por nosotros. Buscarás un trabajo estable, una
zona de confort en la que refugiarte y que no te haga pensar mucho en ello.
Negarás lo que llevas dentro porque luchar por ello da miedo, te obliga a
enfrentarte contra el resto de personas que siguen inconscientes a sí mismas.
Y, cuando crees que lo tienes todo te das cuenta de que no
tienes nada, estás vacío. Has ido en contra de ti mismo, en contra de tu alma,
de lo que tenías que aportar a este mundo y te has negado a explotar.
Ahí empiezan los problemas mentales y físicos. Ciertas
personas empezarán a sentir una ansiedad que cada vez les hace sentirse más
limitados, más desgraciados. El insomnio aparecerá y no entenderás por qué te
pasa eso ahora que deberías ser feliz.
Aparecerán las fobias, el miedo constante, la impotencia, el
estrés y la depresión.
En cierto tipo de personas aparecerán distintos tipos de
psicosis porque la vida es demasiado dura para aceptarla como es y necesitan
evadirse, negar la realidad para crear la que mejor se adapte a lo que ellos
creen necesitar.
Siempre queda el tipo de personas que se refugia en la
crítica, criticar todo y a todos para sentirse algo mejor. Gente que necesita
insultar, hacer daño y engañar.
Somos muchos seres humanos y cada uno reacciona de la mejor
manera que cree más conveniente para sobrevivir.
Conclusión, somos seres humanos destinados a realizar algo
que debe ayudar a mantener el equilibrio perfecto de la naturaleza, del mundo.
Dar lo que tenemos exige que lo descubramos y esta sociedad tiene miedo de las
personas que son fieles a sí mismas, se promueve que existe un orden, unos
pocos deben llevar las riendas, ser ricos, famosos y poderosos. El resto debe
pasar por su vida sin pena ni gloria
metido en una zona de confort creada para no pensar, para no descubrir su
poderosa semilla. Y esto lleva a la destrucción del propio cuerpo a través de
enfermedades físicas, y de la destrucción de la mente a través de las
enfermedades mentales.
Debemos despertar, despertar la coherencia, permitir ser
quienes somos, debemos ser fieles a nosotros mismos. Solo de este modo podremos
pensar en tener felicidad, en tener la paz que otorga la coherencia entre
espíritu, mente y cuerpo... ¿Te atreves a ser tú? ¿Te atreves a estar sano?
Rocío Testa Álvarez
viernes, 4 de octubre de 2019
jueves, 3 de octubre de 2019
Nadefhka Woldasky Aragonese Psicologa Chilena
miércoles, 2 de octubre de 2019
martes, 1 de octubre de 2019
Dalia Dominguez Carrillo Psicologa Mexicana
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