El síndrome
postvacacional no es una patología como tal, sino un «trastorno adaptativo». La
persona que lo sufre tiene una sintomatología similar al estrés cuando, al final de un periodo de descanso más extenso de lo
habitual, no se ve capaz de responder al alto número de demandas que
supone la vuelta a la rutina o el regreso a su vida laboral.
El síndrome postvacacional produce una sensación de tristeza, apatía,
falta de energía o motivación
Las personas más
propensas a sufrir el síndrome postvacacional son aquellas que
trabajan en un entorno desagradable, que no les gusta su trabajo, que se
consideran poco valorados por sus superiores o tienen un mal jefe.
Sus síntomas pueden
variar de tipología e intensidad según sea la persona, su entorno y sus
responsabilidades u obligaciones, pero por lo general el síndrome
postvacacional se caracteriza por un cuadro de características comunes al estrés y/o la
ansiedad,
El síndrome
postvacacional no suele durar más de 2 ó 3 de semanas.
Texto sacado de la Página Muy Saludable, por Tania Losada.
Sabiendo todo esto yo te pregunto, ¿realmente necesitas las
vacaciones? De acuerdo, necesitamos descansar del trabajo... ¿Por qué necesitas
descansar del trabajo que realizas? Porque lo consideras una obligación, una
imposición, algo que debes hacer si quieres que te paguen.
Lo que yo te sugiero es que tal vez no estés donde deberías
estar. Imagínate haciendo esa actividad que tanto te gusta pero que no haces
por falta de tiempo. Imagina que estás disfrutando porque es algo que te ha
gustado siempre, que pierdes incluso la noción del tiempo. Tanto te apasiona
que estarías todo el día con ello, todo el tiempo libre que tuvieses... ¿Te lo
imaginas?
No digas que no lo tienes porque todos llevamos dentro de
nosotros algo que nos encanta hacer. No importa si te parece absurdo, solo
imagina que vas a poder realizarlo.
Más aún, imagina que te van a pagar por crear eso que tanto
te gusta... Sí, te van a pagar, incluso te ganarás la vida con eso porque como
te gusta tanto eres bueno, eres el mejor y lo mejor siempre vende y obtiene beneficios.
Ahora te vuelvo a preguntar, ¿necesitas descansar de hacer
eso que tanto te apasiona? ¿Es una carga? ¿Necesitas desconectar?
Parece que la duda asoma. Las vacaciones pueden ayudarte a
disfrutar de un tiempo con tu familia, de un viaje... Pero no para huir. Si las
utilizas para escapar de tu día a día. De un trabajo que no soportas. De una
familia que no puede darte lo que necesitas... Si haces eso estarás muy
contento el primer día de vacaciones y te sentirás muy desgraciado el último o
los últimos.
Entrarás por la puerta de tu casa, tal vez algo se haya
estropeado, estas cosas suelen pasar... El techo parecerá estar más bajo de lo
normal y las paredes te aprisionan dentro de ese espacio que llamas hogar.
El malhumor, el saltar con un grito o con una respuesta
exagerada cuando alguien te dice algo....
La pena y el encontronazo con lo que es lo que consideras tu
realidad. No tienes ganas de hacer nada, no tienes motivación ni para ver una
película.... Aunque la vida te exigirá que lo hagas.
Ahora toca decidir: ¿qué quieres para ti? ¿qué quieres que
sea tu vida? ¿Pasar año tras año esperando ese mes de vacaciones que cada vez
disfrutarás menos, mientras que el síndrome postvacacional será más importante?
¿O tal vez intentar luchar por conseguir ganarte la vida haciendo eso que tanto
amas?
El destino lo eliges tú, decide.
Rocío Testa Álvarez.
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