Asociación Cordobesa de Personas con Enfermedad Mental, Familiares y Allegados. - Nuestro objetivo es lNFORMAR, FORMAR y AYUDAR A LA SOCIEDAD CORDOBESA. - Nuestra misión: PREVENIR y ACTUAR PARA EVITAR LA MUERTE NO NATURAL QUE ES "EL SUICIDIO". - Nuestros Valores: ESTAR PRESENTES EN LA SOCIEDAD CORDOBESA, EMPEZANDO EN EL MUNDO EDUCATIVO, SOCIAL y SANITARIO.
lunes, 30 de septiembre de 2019
domingo, 29 de septiembre de 2019
Psicótico o neurótico ¿Cuál eres tú? No te asustes, no es malo...
Hola, sí, aquí radica la cuestión, ¿qué tendencia tienes tú?,
¿hacia la psicosis o hacia la neurosis... ?
Las películas de terror han hecho mucho daño a la gente que tiene un diagnóstico de enfermedad
mental. No sé si lo sabes, pero la incidencia de criminalidad en la comunidad
de enfermos mentales es tremendamente baja. Es más probable morir a manos de tu
pareja que que te mate una persona con una enfermedad mental. Y me da igual que
hables de psicosis o de neurosis.
Empecemos por el principio, ¿en qué se diferencian? Las
neurosis son trastornos que impiden tener una vida normal, que causan
sufrimiento e incluso puede constituir un riesgo para la vida de la persona.
Aunque en estas patologías hay contacto con la realidad. Puede estar más o
menos integrada, más o menos manipulada en función del problema mental. Sin
embargo, ese contacto no desaparece.
En las psicosis eso no sucede y el paciente pierde el
contacto con lo que es la realidad. Es entonces cuando se crean un mundo propio
lleno de personajes ficticios o históricos en los que se reconocen. Pueden creerse
personas muy importantes, siempre perseguidas precisamente por lo valiosos que
son. La realidad en este caso desaparece, todo es un mundo inventado a la
semejanza de la persona.
Aunque no me creas todos estamos en ese continuo, hacia un
lado o hacia el otro ¿Nunca te han dicho eso de.... En qué mundo vives, no
tienes ni idea? Eso te lo dicen porque creen que no estás siendo realista, que
estás más en el lado psicótico. Uf, no me interpretes mal, no te quiero
insultar. Precisamente lo que pretendo es que no insultes tú a la gente que
tiene un trastorno. Lo que quiero hacer ver es que no somos diferentes, solo se
trata de un continuo de intensidad en donde los problemas con los que se
encuentra alguien "normal" con una tendencia a la neurosis no le
provoca más que un pequeño "bajón" ciertos días porque algo no le va
bien.
O en donde ciertas personas ciertos días parecen otros, como
metidos en sí mismos, con un pésimo humor, dando órdenes y creyéndose los reyes
del mundo y desconfiando de los actos de cualquiera que se le ponga enfrente.
¿A que ahora me entiendes un poco mejor? Ya dices, bueno, sí,
conozco a gente así, tanto de uno de los polos como del otro. Ahora ya no te
asusto. Ahora tal vez te atrevas a responder en qué lugar estás tú.
Es tan simple que todo el mundo lo rechaza. Este rechazo,
este miedo proviene mucho de ese tipo de películas que he mencionado
porque, ¿quién no ha visto la serie
"Mentes criminales"? Podemos seguir con muchos más ejemplos. Todo
ello provoca que la enfermedad mental dé miedo. Y eso de estar a tratamiento
psiquiátrico parece que te etiqueta como un loco que no sabe lo que hace.
No, no es así. Debemos empezar a poner las cosas en su sitio.
Ni un psicótico, sea el tipo de patología que tenga, es un asesino por padecer
ese tipo de trastorno. Ni un neurótico es un suicida, independientemente del
diagnóstico que posea.
Todos podemos caer en uno de los dos polos en cualquier
momento de nuestras vidas. Eso, amigo, depende de tu modo de ver la vida, de
ver la realidad, de lo que te han dicho, te han enseñado, y de las experiencias
que has vivido.
Sí, hay cierta predisposición genética pero a mí me resulta
interesante y curioso que los perfiles psicológicos de las personas coincidan
con sus correspondientes enfermedades, en este caso tanto mentales como
físicas. Sí, en vez de clasificar a la gente por síntomas, tal vez deberíamos
clasificarlas por su personalidad o por sus circunstancias. Realmente es algo a
tener en cuenta. Personas lejanas en el tiempo, la distancia o la cultura....
Entendernos a nosotros mismos es entender a los que no son
como nosotros. Entender a los demás implica respeto, intentar ponernos en su
piel, ser "empáticos" y nunca dar nada por sentado porque mucho de lo
que aprendemos lo hacemos sin ser conscientes y casi nunca son la realidad.
Ahora responde, ¿eres psicótico o neurótico?
Si te preguntas qué respondo yo, pues no lo sé exactamente porque
tengo de ambos lados. Hubo una época en la que tenía dos personalidades
totalmente diferentes. Luego me sentí reflejada en el que ahora se etiqueta
como trastorno bipolar, euforia y depresión alternos. No lo sé. Sí tengo claro
que soy capaz de ponerme en la piel tanto de unos como de otros y prueba de
ello son mis novelas en donde, a través de historias, pretende enseñarle a la
gente cómo son y cómo se comportan las personas con ciertas enfermedades
mentales.
Para escribirlas debía meterme en su cuerpo y en su alma. Y
no solo no me costó sino que me sentía orgullosa de ver esa capacidad para
plasmar de modo sencillo una enfermedad tan complicada como el autismo o la
esquizofrenia (y alguna más que tengo escrita pero no publicada).
Nunca reniegues de ti mismo, el conocimiento es sabiduría, la
sabiduría es perfección, la perfección te lleva a la felicidad.
Rocío Testa Álvarez
lunes, 23 de septiembre de 2019
HACIA LA TERAPIA DEFINITIVA
Un tema que creo que es de interés para todo el mundo es el
que está relacionado con las terapias, concretamente, quiero ceñirme a las
terapias psicológicas.
La psicología ha querido reclamar su espacio como una rama de
la salud con prestigio y con sólidas teorías para demostrar que tiene un papel
importante en la sociedad y que pretende equipararse a la medicina. No voy a
analizar esta cuestión.
Lo que sí quiero manifestar es que la psicología se ha
querido definir tanto a nivel de teorías que se ha estancado precisamente en
eso, en teorías psicológicas. Cuando una persona tiene un problema mental, no
va a buscar a un psicólogo según su especialidad terapéutica, no vas porque es
conductista, cognitivo o psicoanalista.
Tú acudes a un psicólogo para que te solucione tu problema.
La dificultad radica en que tanto se valora la corriente
psicológica que se olvidan de algo. No existe una corriente única, perfecta, todas
tienen puntos fuertes y puntos débiles.
Esto se traduce en que las personas no salen satisfechas en
su mayoría de estas terapias porque no han visto los resultados que esperaban.
Esta gente habla de ello con sus amigos, con sus familiares... y la fama de que
los psicólogos no sirven para ayudar a las personas se extiende como un virus.
Además de esto han aparecido en los últimos tiempos
nomenclaturas de profesiones que nadie sabe muy bien en qué consisten o cuál es
su base. Estoy hablando de los "couching en desarrollo personal",
término inglés que significa entrenador en desarrollo personal, y, ¿no es esto
competencia de la psicología? ¿Por qué ha sucedido esto?
Podemos sumarle la espiritualidad y demás términos que
siempre han sido ámbito de la psicología pero que se han desvirtuado o modificado, según queramos
verlo.
¿Dónde queda la psicología?
Es lógico que las personas se agarren a estos comunicadores
que tienen solución para todo. En parte, colegas de mi rama, es culpa nuestra.
No hemos sabido adaptarnos a la sociedad en la que vivimos. La gente está cada
vez más mal psicológicamente. Cada vez hay más entrenadores que sin apenas
conocimientos de lo que es la verdadera psicología se prestan a hacer terapias,
talleres, presentar todo tipo de consejos donde garantizan la felicidad.
A muchos enseguida se les ve venir y podrán tener éxito una
pequeña temporada. Pero otros se convierten en auténticos líderes que aprenden
más del tema y con su experiencia se hacen imprescindibles si hablamos del número
de personas a las que han conseguido
ayudar.
Por eso digo que no les critico. Al contrario, suponen un
tirón de orejas para nosotros, los que nos consideramos "expertos de la
mente".
¿Cuál es nuestro problema?
Ya lo he dicho, la teoría. La gente no puede tratarse
siguiendo una corriente terapéutica única y exclusivamente. No tenemos que
demostrar que somos una ciencia y una ciencia que además es útil. Será útil
según el porcentaje de éxito a la hora de ayudar a las personas. Nada más, nada
menos. Del mismo modo que los médicos son útiles según lo perspicaces que sean
para ver más allá de los síntomas del paciente. No solo son esos síntomas los
que te llevan a un diagnóstico, está también la persona, el ambiente que le
rodea, sus circunstancias... Es algo global, cada factor suma.
Debemos volver al origen.
Colegas, no os enfadéis conmigo, pero os digo que no existe
terapia perfecta. Las terapias deben amoldarse a las personas a las que va
dirigido y debe ser tan variada como variedad de pacientes existe.
La terapia definitiva es aquella que te lleva a encontrar el
problema real de esa persona, su origen y el modo de llegar a la serenidad y la
felicidad.
Para mí lo más importante que cualquier terapia debe
conllevar obligatoriamente es saber escuchar y dejar hablar lo suficiente. Ser
astutos para preguntar lo más importante en el momento oportuno, ser un gran
observador y dejarte llevar por el instinto que todo buen psicólogo lleva consigo.
¿Terapia perfecta? Claro, ¿cómo te llamas?, ¿cómo eres? Vale,
tu terapia va a consistir en.... Así de simple.
Volvamos al origen. Somos psicólogos, estudiamos la mente,
sabemos cómo ayudar a las personas. Es hora de demostrarlo.
Gente del mundo, tú que sufres, tú que tienes un problema, yo
puedo ayudarte, puedo darte la mejor
terapia porque sé escuchar, sé hacer preguntas y soy observadora. Soy Rocío y
soy Psicóloga Clínica, me gusta el estudio de la mente y me encanta ayudar a
que seas feliz.
Gracias por confiar en mí.
Rocío Testa Álvarez.
jueves, 19 de septiembre de 2019
El perdón ¿Te hacen daño o se dañan a si mismos?
El perdón ¿Te hacen daño o se
dañan a si mismos?
Hola, ¿qué tal te encuentras? Imagino un gran sí, pero si no,
no te preocupes, la vida es como una gran montaña rusa, es obligado estar
arriba, sentirte tremendamente feliz. Y al cabo de un tiempo encontrarte en la
parte baja con la sensación de que será imposible volver a llegar a lo más alto de nuevo.
Hay emociones que pueden hacerte caer a lo más hondo del
pozo, todos somos conscientes de eso. Hay una en concreto que es muy complicada
de manejar correctamente, provoca mucho rechazo en las personas y siempre nos
sentimos heridos y atacados. Se trata del perdón.
¿Cuántas veces has dicho...? Sí, de verdad que yo he
perdonado a esa persona a pesar de todo el daño que me ha hecho ¿Seguro? Lo
dudo mucho. Hay muy pocas personas capaces de perdonar realmente.
El perdón forma parte de un capítulo del primer volumen de la
trilogía escrita por mí de título ¿Quieres saber por qué lo has hecho?.
Ahora daré unas pinceladas a lo que realmente supone perdonar
y por qué me atrevo a afirmar que probablemente no hayas perdonado a las
personas que te han dañado en algún momento de tu vida.
El perdón hay que trabajarlo. Perdonar significa perdonar de
corazón a la persona que te ha insultado, maltratado, robado, engañado... Sí,
de corazón, que cuando recuerdes los hechos del pasado no tengas sentimientos
de odio, rencor o rechazo. Eso ya no es tan sencillo, ¿no?
No estoy hablando de que tú te humilles ante esa persona, ni
que le liberes de su responsabilidad. Te estoy hablando de liberarte de la
carga que supone el odio y el rencor. Cuando tienes estos sentimientos tú
sufres, tu cuerpo sufre. Tu organismo genera la hormona del estrés, el
cortisol, que te prepara para el enfrentamiento o la huida. Son cambios físicos
que nunca te ayudarán puesto que tu sentimiento es abstracto, no está
sucediendo en ese momento, es pasado y, por tanto, ya no existe en el presente.
Te estás desgastando, estás literalmente perdiendo tiempo de
vida por algo que ya no tiene solución.
¿Cuánto tiempo has perdido en tu vida o de tu vida? ¿Cuánto más quieres perder?
Te preguntarás cómo se hace. Hay que traspasar el dolor que
ese momento concreto te produjo. Traspasar es superar aceptando lo que sucedió,
dándote permiso para llorar y gritar por los sentimientos que tenías dentro y
no pudiste expresar. Es liberarte del cáncer que supone el odio.
Para perdonar no es necesario hablar con la otra persona
porque no se trata de ella sino de ti. Te mereces estar en paz y mientras no
superes ese dolor, jamás podrás alcanzarla.
Es liberador como solo la experiencia misma puede
enseñártelo.
Puedes creerme o no, pero sí me gustaría que probaras. Perdona
y serás libre. Odia y seguirás bajo el influjo de esa persona que te dañó.
Tu vida es importante, no malgastes tu tiempo con ese veneno
que contamina tu mente y tu cuerpo.
No es fácil, lo entiendo, lo he vivido. No será cuestión de
días o incluso deba pasar más tiempo pero si sigues buscando el modo de hacerlo
lo lograrás. Es personal, es único como tú. Es constancia y seguridad en que el
resultado te generará bienestar y vida.
Yo sé que tú puedes.
Rocío Testa Álvarez.
lunes, 16 de septiembre de 2019
¿Cuidas tu salud mental
¿CUIDAS TU SALUD MENTAL?
¿HABLAMOS DE ELLO?
Hola, soy Rocío Testa Álvarez, psicóloga, escritora desde que
me enseñaron a escribir, una incansable
estudiosa de la mente y el comportamiento humano. Pero sobre todo y ante todo,
soy madre, madre de dos niños. Una pequeña que tiene hoy 6 años y un chaval que
cumplirá 19 años este mes de septiembre. Él es especial, lleva consigo un
problema que está aumentando día a día sin que se sepa exactamente la verdadera
causa de este mal. Mi hijo es autista profundo. No habla más que unas pocas
palabras porque para él no es útil el lenguaje verbal, no le sirve para
expresarse o para pedir lo que necesita, y por ello no se esfuerza más que lo
imprescindible. Tiene dificultades añadidas resultado de un funcionamiento
erróneo o diferente de su cerebro.
Las personas que, como yo, tenemos a alguien con problemas de
este tipo o similares, vemos el mundo de una manera diferente. Nuestras
prioridades con respecto a lo que es nuestra vida cambian.
Generalmente nos centramos en nuestro familiar dejando a
veces de pensar en nosotros, nuestra obsesión es que esta persona, sangre de
nuestra sangre, sea lo más feliz posible, que viva lo más integrado posible y
no sufra rechazo ni le hagan daño.
Les creemos más vulnerables que los demás, les sobreprotegemos
impidiendo en muchas ocasiones que pasen las etapas normales de sus vidas. Les
salvamos un millón y un ciento más de tropezar con las piedras que se
encuentran en su camino.
Los cuidadores no profesionales, básicamente la familia, generalmente
no han estudiado para cuidar de estos seres tan especiales. A veces sí ocurre
que, como en mi caso, parece que la vida me llevó a realizar la carrera con el
objeto de atender y entender a mi hijo con autismo.
Muchas familias se encuentran de pronto con diagnósticos
formados con palabras complicadas y técnicas que no entienden. Entonces
aprenden qué significan, qué es lo que pasa a su familiar, cómo pueden
ayudarles y, poco a poco, sin darse cuenta, dejan de vivir su vida para
adaptase a la persona con el problema.
Es inconsciente, es progresivo, hasta llegar al punto en el
que ya tienen un trabajo asignado para toda la vida: Familiar cuidador de una
persona con enfermedad mental.
Los cuidadores aprenden de fármacos con nombres aún más
extraños que el propio diagnóstico, los efectos que producen... y aprenden a
callar, a silenciar sus sentimientos, su cansancio, su impotencia y a exagerar
los pequeños logros que su hijo, su hermano o incluso su padre, consigue. Ese
pequeño avance equivale a una matrícula de honor de cualquier estudiante.
Suponen inyecciones de adrenalina que consiguen aliviar la carga emocional que
supone el día a día.
La perfección vital radica en esa sonrisa, ese abrazo, esa
felicidad momentánea del ser amado. Y eso precisamente se vuelve a veces en su
contra cuando, hartos de la hipocresía que a veces muestra la sociedad,
detectan cualquier pequeña injusticia que se comete en contra de los que son
como los suyos o que poseen cualquier tipo de minusvalía.
Sólo es el ser humano luchando por la supervivencia, por la
defensa de sí mismos y de su mundo.
Si tú eres cuidador, cuidadora, quiero decirte algo que tal
vez nadie más te diga. Olvida lo que crees que es tu deber. Aprende la
importancia del egoísmo, sé egoísta, lo necesitas. Aprende que tu bienestar
ayudará a los tuyos mucho más que el sacrificio sin control. Aprende a delegar
en los demás y, sobre todo, aprende a CONFIAR, confiar con mayúsculas.
Afortunadamente, los seres humanos somos seres sociales,
vivimos en grupos, tenemos empatía, somos solidarios, tenemos inteligencia
emocional, término tan de moda últimamente. Aunque haya ocasiones en las que estamos
ciegos a ello porque permanecemos más centrados en detectar los juicios y
prejuicios de algunos, que resultan ser ignorantes siempre.
La salud mental además no incluye solo a los trastornos
psiquiátricos graves. La salud mental consiste en saber cuidarse, valorarse y
amarse a uno mismo. Para salvar a alguien de morir ahogado primero debes saber
nadar. Aprende a nadar con seguridad y podrás rescatar a la persona que se está
ahogando. Primero Tú, ese debe ser el objetivo, ser tu principal empeño. Cuidarte
y amarte para poder amar y cuidar.
No eres egoísta por cansarte, por deprimirte, por estar
ansioso o estresado. Eres egoísta cuando no buscas ayuda y te lo tragas todo
hasta que finalmente estallas y caes enfermo.
Mi mensaje no acaba en los cuidadores no profesionales, es
decir la familia. Mi mensaje también va dirigido a ti que padeces una
enfermedad mental. Tú sufres y sufres mucho. No solo por ti, también sufres por
tu familia. Tú quieres más que nada en el mundo estar bien.
Pues para ti tengo un consejo que puedes seguir si te
convence. No luches contra tus síntomas, no niegues lo que eres. La enfermedad
está contigo y es parte de tu esencia.
Es importante aceptar lo que te sucede, hablar de lo que
sientes y luchar contra los miedos que te llevan a esconderte y a negar lo que
tienes.
No eres mala persona. Eres persona, única, especial y con
muchos valores y potencialidades que solo podrás explotar si dejas que te
ayuden, si te amas como la buena persona que eres.
Por último, tengo unas palabras para ti vecino, vecina,
ciudadano de este mundo. Puede que tengas conocimiento o no de lo que es la
enfermedad mental pero te voy a pedir una única cosa: no juzgues. Olvida los
prejuicios y no tengas miedo a saber lo que son las enfermedades mentales.
La enfermedad mental no te hará daño si no la padeces. La
enfermedad mental no es contagiosa. Saber de ella no te perjudicará sino que te
enriquecerá de un modo que solo entenderás si abres la mente a formas de ser,
de actuar y de pensar diferentes a lo que se considera normal.
Mi sueño es enseñarle a todas las personas lo que son las
enfermedades mentales de manera sencilla y amena. Es un sueño, no una utopía.
Solo hay que comenzar con la primera piedra, como con cualquier edificio. Sé
que puedo conseguirlo porque tú me escucharás, leerás los libros que escribo
con este objetivo porque sentirás curiosidad, confío en ello.
Ahora contesta, ¿cuidas tu salud mental?
Lo peor no es tener problemas sino no querer verlos. Tú eres
lo más importante que posees.
Muchas gracias por leerme.
Rocío Testa Álvarez.
domingo, 15 de septiembre de 2019
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