domingo, 29 de septiembre de 2019

Psicótico o neurótico ¿Cuál eres tú? No te asustes, no es malo...




Hola, sí, aquí radica la cuestión, ¿qué tendencia tienes tú?, ¿hacia la psicosis o hacia la neurosis... ?
Las películas de terror han hecho mucho daño a la  gente que tiene un diagnóstico de enfermedad mental. No sé si lo sabes, pero la incidencia de criminalidad en la comunidad de enfermos mentales es tremendamente baja. Es más probable morir a manos de tu pareja que que te mate una persona con una enfermedad mental. Y me da igual que hables de psicosis o de neurosis.
Empecemos por el principio, ¿en qué se diferencian? Las neurosis son trastornos que impiden tener una vida normal, que causan sufrimiento e incluso puede constituir un riesgo para la vida de la persona. Aunque en estas patologías hay contacto con la realidad. Puede estar más o menos integrada, más o menos manipulada en función del problema mental. Sin embargo, ese contacto no desaparece.
En las psicosis eso no sucede y el paciente pierde el contacto con lo que es la realidad. Es entonces cuando se crean un mundo propio lleno de personajes ficticios o históricos en los que se reconocen. Pueden creerse personas muy importantes, siempre perseguidas precisamente por lo valiosos que son. La realidad en este caso desaparece, todo es un mundo inventado a la semejanza de la persona.
Aunque no me creas todos estamos en ese continuo, hacia un lado o hacia el otro ¿Nunca te han dicho eso de.... En qué mundo vives, no tienes ni idea? Eso te lo dicen porque creen que no estás siendo realista, que estás más en el lado psicótico. Uf, no me interpretes mal, no te quiero insultar. Precisamente lo que pretendo es que no insultes tú a la gente que tiene un trastorno. Lo que quiero hacer ver es que no somos diferentes, solo se trata de un continuo de intensidad en donde los problemas con los que se encuentra alguien "normal" con una tendencia a la neurosis no le provoca más que un pequeño "bajón" ciertos días porque algo no le va bien.
O en donde ciertas personas ciertos días parecen otros, como metidos en sí mismos, con un pésimo humor, dando órdenes y creyéndose los reyes del mundo y desconfiando de los actos de cualquiera que se le ponga enfrente.
¿A que ahora me entiendes un poco mejor? Ya dices, bueno, sí, conozco a gente así, tanto de uno de los polos como del otro. Ahora ya no te asusto. Ahora tal vez te atrevas a responder en qué lugar estás tú.
Es tan simple que todo el mundo lo rechaza. Este rechazo, este miedo proviene mucho de ese tipo de películas que he mencionado porque,  ¿quién no ha visto la serie "Mentes criminales"? Podemos seguir con muchos más ejemplos. Todo ello provoca que la enfermedad mental dé miedo. Y eso de estar a tratamiento psiquiátrico parece que te etiqueta como un loco que no sabe lo que hace.
No, no es así. Debemos empezar a poner las cosas en su sitio. Ni un psicótico, sea el tipo de patología que tenga, es un asesino por padecer ese tipo de trastorno. Ni un neurótico es un suicida, independientemente del diagnóstico que posea.
Todos podemos caer en uno de los dos polos en cualquier momento de nuestras vidas. Eso, amigo, depende de tu modo de ver la vida, de ver la realidad, de lo que te han dicho, te han enseñado, y de las experiencias que has vivido.
Sí, hay cierta predisposición genética pero a mí me resulta interesante y curioso que los perfiles psicológicos de las personas coincidan con sus correspondientes enfermedades, en este caso tanto mentales como físicas. Sí, en vez de clasificar a la gente por síntomas, tal vez deberíamos clasificarlas por su personalidad o por sus circunstancias. Realmente es algo a tener en cuenta. Personas lejanas en el tiempo, la distancia o la cultura....
Entendernos a nosotros mismos es entender a los que no son como nosotros. Entender a los demás implica respeto, intentar ponernos en su piel, ser "empáticos" y nunca dar nada por sentado porque mucho de lo que aprendemos lo hacemos sin ser conscientes y casi nunca son la realidad.
Ahora responde, ¿eres psicótico o neurótico?
Si te preguntas qué respondo yo, pues no lo sé exactamente porque tengo de ambos lados. Hubo una época en la que tenía dos personalidades totalmente diferentes. Luego me sentí reflejada en el que ahora se etiqueta como trastorno bipolar, euforia y depresión alternos. No lo sé. Sí tengo claro que soy capaz de ponerme en la piel tanto de unos como de otros y prueba de ello son mis novelas en donde, a través de historias, pretende enseñarle a la gente cómo son y cómo se comportan las personas con ciertas enfermedades mentales.
Para escribirlas debía meterme en su cuerpo y en su alma. Y no solo no me costó sino que me sentía orgullosa de ver esa capacidad para plasmar de modo sencillo una enfermedad tan complicada como el autismo o la esquizofrenia (y alguna más que tengo escrita pero no publicada).
Nunca reniegues de ti mismo, el conocimiento es sabiduría, la sabiduría es perfección, la perfección te lleva a la felicidad.

Rocío Testa Álvarez

lunes, 23 de septiembre de 2019

HACIA LA TERAPIA DEFINITIVA




Un tema que creo que es de interés para todo el mundo es el que está relacionado con las terapias, concretamente, quiero ceñirme a las terapias psicológicas.
La psicología ha querido reclamar su espacio como una rama de la salud con prestigio y con sólidas teorías para demostrar que tiene un papel importante en la sociedad y que pretende equipararse a la medicina. No voy a analizar esta cuestión.
Lo que sí quiero manifestar es que la psicología se ha querido definir tanto a nivel de teorías que se ha estancado precisamente en eso, en teorías psicológicas. Cuando una persona tiene un problema mental, no va a buscar a un psicólogo según su especialidad terapéutica, no vas porque es conductista, cognitivo o psicoanalista.
Tú acudes a un psicólogo para que te solucione tu problema.
La dificultad radica en que tanto se valora la corriente psicológica que se olvidan de algo. No existe una corriente única, perfecta, todas tienen puntos fuertes y puntos débiles.
Esto se traduce en que las personas no salen satisfechas en su mayoría de estas terapias porque no han visto los resultados que esperaban. Esta gente habla de ello con sus amigos, con sus familiares... y la fama de que los psicólogos no sirven para ayudar a las personas  se extiende como un virus.
Además de esto han aparecido en los últimos tiempos nomenclaturas de profesiones que nadie sabe muy bien en qué consisten o cuál es su base. Estoy hablando de los "couching en desarrollo personal", término inglés que significa entrenador en desarrollo personal, y, ¿no es esto competencia de la psicología? ¿Por qué ha sucedido esto?
Podemos sumarle la espiritualidad y demás términos que siempre han sido ámbito de la psicología pero que se han  desvirtuado o modificado, según queramos verlo.
¿Dónde queda la psicología?
Es lógico que las personas se agarren a estos comunicadores que tienen solución para todo. En parte, colegas de mi rama, es culpa nuestra. No hemos sabido adaptarnos a la sociedad en la que vivimos. La gente está cada vez más mal psicológicamente. Cada vez hay más entrenadores que sin apenas conocimientos de lo que es la verdadera psicología se prestan a hacer terapias, talleres, presentar todo tipo de consejos donde garantizan la felicidad.
A muchos enseguida se les ve venir y podrán tener éxito una pequeña temporada. Pero otros se convierten en auténticos líderes que aprenden más del tema y con su experiencia se hacen imprescindibles si hablamos del número de personas a las que han  conseguido ayudar.
Por eso digo que no les critico. Al contrario, suponen un tirón de orejas para nosotros, los que nos consideramos "expertos de la mente".
¿Cuál es nuestro problema?
Ya lo he dicho, la teoría. La gente no puede tratarse siguiendo una corriente terapéutica única y exclusivamente. No tenemos que demostrar que somos una ciencia y una ciencia que además es útil. Será útil según el porcentaje de éxito a la hora de ayudar a las personas. Nada más, nada menos. Del mismo modo que los médicos son útiles según lo perspicaces que sean para ver más allá de los síntomas del paciente. No solo son esos síntomas los que te llevan a un diagnóstico, está también la persona, el ambiente que le rodea, sus circunstancias... Es algo global, cada factor suma.
Debemos volver al origen.
Colegas, no os enfadéis conmigo, pero os digo que no existe terapia perfecta. Las terapias deben amoldarse a las personas a las que va dirigido y debe ser tan variada como variedad de pacientes existe.
La terapia definitiva es aquella que te lleva a encontrar el problema real de esa persona, su origen y el modo de llegar a la serenidad y la felicidad.
Para mí lo más importante que cualquier terapia debe conllevar obligatoriamente es saber escuchar y dejar hablar lo suficiente. Ser astutos para preguntar lo más importante en el momento oportuno, ser un gran observador y dejarte llevar por el instinto que todo buen psicólogo lleva  consigo.
¿Terapia perfecta? Claro, ¿cómo te llamas?, ¿cómo eres? Vale, tu terapia va a consistir en.... Así de simple.
Volvamos al origen. Somos psicólogos, estudiamos la mente, sabemos cómo ayudar a las personas. Es hora de demostrarlo.
Gente del mundo, tú que sufres, tú que tienes un problema, yo puedo ayudarte, puedo darte la  mejor terapia porque sé escuchar, sé hacer preguntas y soy observadora. Soy Rocío y soy Psicóloga Clínica, me gusta el estudio de la mente y me encanta ayudar a que seas feliz.
Gracias por confiar en mí.
Rocío Testa Álvarez.

jueves, 19 de septiembre de 2019

El perdón ¿Te hacen daño o se dañan a si mismos?


El perdón ¿Te hacen daño o se dañan a si mismos?

Hola, ¿qué tal te encuentras? Imagino un gran sí, pero si no, no te preocupes, la vida es como una gran montaña rusa, es obligado estar arriba, sentirte tremendamente feliz. Y al cabo de un tiempo encontrarte en la parte baja con la sensación de que será imposible volver  a llegar a lo más alto de nuevo.
Hay emociones que pueden hacerte caer a lo más hondo del pozo, todos somos conscientes de eso. Hay una en concreto que es muy complicada de manejar correctamente, provoca mucho rechazo en las personas y siempre nos sentimos heridos y atacados. Se trata del perdón.
¿Cuántas veces has dicho...? Sí, de verdad que yo he perdonado a esa persona a pesar de todo el daño que me ha hecho ¿Seguro? Lo dudo mucho. Hay muy pocas personas capaces de perdonar realmente.
El perdón forma parte de un capítulo del primer volumen de la trilogía escrita por mí de título ¿Quieres saber por qué lo has hecho?.
Ahora daré unas pinceladas a lo que realmente supone perdonar y por qué me atrevo a afirmar que probablemente no hayas perdonado a las personas que te han dañado en algún momento de tu vida.
El perdón hay que trabajarlo. Perdonar significa perdonar de corazón a la persona que te ha insultado, maltratado, robado, engañado... Sí, de corazón, que cuando recuerdes los hechos del pasado no tengas sentimientos de odio, rencor o rechazo. Eso ya no es tan sencillo, ¿no?
No estoy hablando de que tú te humilles ante esa persona, ni que le liberes de su responsabilidad. Te estoy hablando de liberarte de la carga que supone el odio y el rencor. Cuando tienes estos sentimientos tú sufres, tu cuerpo sufre. Tu organismo genera la hormona del estrés, el cortisol, que te prepara para el enfrentamiento o la huida. Son cambios físicos que nunca te ayudarán puesto que tu sentimiento es abstracto, no está sucediendo en ese momento, es pasado y, por tanto, ya no existe en el presente.
Te estás desgastando, estás literalmente perdiendo tiempo de vida por algo que ya no tiene solución.
¿Cuánto tiempo has perdido en tu vida o de tu  vida? ¿Cuánto más quieres perder?
Te preguntarás cómo se hace. Hay que traspasar el dolor que ese momento concreto te produjo. Traspasar es superar aceptando lo que sucedió, dándote permiso para llorar y gritar por los sentimientos que tenías dentro y no pudiste expresar. Es liberarte del cáncer que supone el odio.
Para perdonar no es necesario hablar con la otra persona porque no se trata de ella sino de ti. Te mereces estar en paz y mientras no superes ese dolor, jamás podrás alcanzarla.
Es liberador como solo la experiencia misma puede enseñártelo.
Puedes creerme o no, pero sí me gustaría que probaras. Perdona y serás libre. Odia y seguirás bajo el influjo de esa persona que te dañó.
Tu vida es importante, no malgastes tu tiempo con ese veneno que contamina tu mente y tu cuerpo.
No es fácil, lo entiendo, lo he vivido. No será cuestión de días o incluso deba pasar más tiempo pero si sigues buscando el modo de hacerlo lo lograrás. Es personal, es único como tú. Es constancia y seguridad en que el resultado te generará bienestar y vida.
Yo sé que tú puedes.
Rocío Testa Álvarez.

lunes, 16 de septiembre de 2019

¿Cuidas tu salud mental

¿CUIDAS TU SALUD MENTAL? ¿HABLAMOS DE ELLO?

Hola, soy Rocío Testa Álvarez, psicóloga, escritora desde que me enseñaron a  escribir, una incansable estudiosa de la mente y el comportamiento humano. Pero sobre todo y ante todo, soy madre, madre de dos niños. Una pequeña que tiene hoy 6 años y un chaval que cumplirá 19 años este mes de septiembre. Él es especial, lleva consigo un problema que está aumentando día a día sin que se sepa exactamente la verdadera causa de este mal. Mi hijo es autista profundo. No habla más que unas pocas palabras porque para él no es útil el lenguaje verbal, no le sirve para expresarse o para pedir lo que necesita, y por ello no se esfuerza más que lo imprescindible. Tiene dificultades añadidas resultado de un funcionamiento erróneo o diferente de su cerebro.
Las personas que, como yo, tenemos a alguien con problemas de este tipo o similares, vemos el mundo de una manera diferente. Nuestras prioridades con respecto a lo que es nuestra vida cambian.
Generalmente nos centramos en nuestro familiar dejando a veces de pensar en nosotros, nuestra obsesión es que esta persona, sangre de nuestra sangre, sea lo más feliz posible, que viva lo más integrado posible y no sufra rechazo ni le hagan daño.
Les creemos más vulnerables que los demás, les sobreprotegemos impidiendo en muchas ocasiones que pasen las etapas normales de sus vidas. Les salvamos un millón y un ciento más de tropezar con las piedras que se encuentran en su camino.
Los cuidadores no profesionales, básicamente la familia, generalmente no han estudiado para cuidar de estos seres tan especiales. A veces sí ocurre que, como en mi caso, parece que la vida me llevó a realizar la carrera con el objeto de atender y entender a mi hijo con autismo.
Muchas familias se encuentran de pronto con diagnósticos formados con palabras complicadas y técnicas que no entienden. Entonces aprenden qué significan, qué es lo que pasa a su familiar, cómo pueden ayudarles y, poco a poco, sin darse cuenta, dejan de vivir su vida para adaptase a la persona con el problema.
Es inconsciente, es progresivo, hasta llegar al punto en el que ya tienen un trabajo asignado para toda la vida: Familiar cuidador de una persona con enfermedad mental.
Los cuidadores aprenden de fármacos con nombres aún más extraños que el propio diagnóstico, los efectos que producen... y aprenden a callar, a silenciar sus sentimientos, su cansancio, su impotencia y a exagerar los pequeños logros que su hijo, su hermano o incluso su padre, consigue. Ese pequeño avance equivale a una matrícula de honor de cualquier estudiante. Suponen inyecciones de adrenalina que consiguen aliviar la carga emocional que supone el día a día.
La perfección vital radica en esa sonrisa, ese abrazo, esa felicidad momentánea del ser amado. Y eso precisamente se vuelve a veces en su contra cuando, hartos de la hipocresía que a veces muestra la sociedad, detectan cualquier pequeña injusticia que se comete en contra de los que son como los suyos o que poseen cualquier tipo de minusvalía.
Sólo es el ser humano luchando por la supervivencia, por la defensa de sí mismos y de su mundo.
Si tú eres cuidador, cuidadora, quiero decirte algo que tal vez nadie más te diga. Olvida lo que crees que es tu deber. Aprende la importancia del egoísmo, sé egoísta, lo necesitas. Aprende que tu bienestar ayudará a los tuyos mucho más que el sacrificio sin control. Aprende a delegar en los demás y, sobre todo, aprende a CONFIAR, confiar con mayúsculas.
Afortunadamente, los seres humanos somos seres sociales, vivimos en grupos, tenemos empatía, somos solidarios, tenemos inteligencia emocional, término tan de moda últimamente. Aunque haya ocasiones en las que estamos ciegos a ello porque permanecemos más centrados en detectar los juicios y prejuicios de algunos, que resultan ser ignorantes siempre.
La salud mental además no incluye solo a los trastornos psiquiátricos graves. La salud mental consiste en saber cuidarse, valorarse y amarse a uno mismo. Para salvar a alguien de morir ahogado primero debes saber nadar. Aprende a nadar con seguridad y podrás rescatar a la persona que se está ahogando. Primero Tú, ese debe ser el objetivo, ser tu principal empeño. Cuidarte y amarte para poder amar y cuidar.
No eres egoísta por cansarte, por deprimirte, por estar ansioso o estresado. Eres egoísta cuando no buscas ayuda y te lo tragas todo hasta que finalmente estallas y caes enfermo.
Mi mensaje no acaba en los cuidadores no profesionales, es decir la familia. Mi mensaje también va dirigido a ti que padeces una enfermedad mental. Tú sufres y sufres mucho. No solo por ti, también sufres por tu familia. Tú quieres más que nada en el mundo estar bien.
Pues para ti tengo un consejo que puedes seguir si te convence. No luches contra tus síntomas, no niegues lo que eres. La enfermedad está contigo y es parte de tu esencia.
Es importante aceptar lo que te sucede, hablar de lo que sientes y luchar contra los miedos que te llevan a esconderte y a negar lo que tienes.
No eres mala persona. Eres persona, única, especial y con muchos valores y potencialidades que solo podrás explotar si dejas que te ayuden, si te amas como la buena persona que eres.
Por último, tengo unas palabras para ti vecino, vecina, ciudadano de este mundo. Puede que tengas conocimiento o no de lo que es la enfermedad mental pero te voy a pedir una única cosa: no juzgues. Olvida los prejuicios y no tengas miedo a saber lo que son las enfermedades mentales.
La enfermedad mental no te hará daño si no la padeces. La enfermedad mental no es contagiosa. Saber de ella no te perjudicará sino que te enriquecerá de un modo que solo entenderás si abres la mente a formas de ser, de actuar y de pensar diferentes a lo que se considera normal.
Mi sueño es enseñarle a todas las personas lo que son las enfermedades mentales de manera sencilla y amena. Es un sueño, no una utopía. Solo hay que comenzar con la primera piedra, como con cualquier edificio. Sé que puedo conseguirlo porque tú me escucharás, leerás los libros que escribo con este objetivo porque sentirás curiosidad, confío en ello.
Ahora contesta, ¿cuidas tu salud mental?
Lo peor no es tener problemas sino no querer verlos. Tú eres lo más importante que posees.
Muchas gracias por leerme.

Rocío Testa Álvarez.